La vida no siempre es maravillosa

Se fue el más grande de los jugones, el que sonreía igual que el resto, el que creía que la vida podía ser maravillosa.

Se fue un grande la comunación, se fue alguien que nunca dejaba indiferente a nadie, se fue alguien con enormes conociemientos de baloncesto y de música.

El viernes me enteré de la muerte de Andrés Montes. Me chocó, me dejó helado. Hace cuatro días celebré con él el oro de España en el eurobasket, porque él sabía que el oro no estaba en Moscú, que estaba en Polonia. Y acertó. Flanqueado por Iturriaga, Epi y Mr Catering nos hizo disfrutar de cada partido, de cada jugada. Los triples no volverán a ser lo mismo, ni tampoco los mates o jugadas imposibles, porque nadie más sabrá decir aquello de "ratatatatatata, triiiiiiiiple" como lo decía él.

La verdad es que me ha afectado. Personalmente lo echaré mucho de menos, porque el basket no volverá a ser lo mismo.

Este es mi pequeño homenaje a un tío grande, muy grande, y que sabía perfectamente de lo que hablaba.

¡Jugón, jugón, jugón!