Ahí esta ella, siempre conmigo. Siempre que la necesito, recurro a ella y ella nunca me falla. Sabe perfectamente adaptarse a mi estado de ánimo. Es igual que este cabreado, ella aguanta y es capaz incluso de cambiarme el caracter. Me apoya en los momentos dificiles y nunca se queja. No pide nada a cambio, y debo decir que nunca he hecho nada, al menos importante, por ella. Seguramente soy un egoísta que la usa sólo cuando me apetece e incluso he llegado a despreciarla cuando no me apetecía su compañía. Es una auténtica sufridora.
Por todo esto y mucho más, quiero desde aquí dar las gracias a la música. Esa eterna acompañante de momentos de soledad, de fiesta, románticos, de esfuerzo y de cualquier momento en que a nosotros nos apetezca.
Cosas que pasan
Hace 7 años
7 comentarios:
Jejeje, gracias majo...
Parafraseando al Kutxi: "Si la prostitucion es el oficio mas antiguo, los músicos somos las putas mas viejas del mundo".
Yo, desde mi humilde rincón de Artsaia, considero que algo hago (poco, pero algo) por ella.
Anda... pensaba que hablabas de la cerveza...
También podía haber sido sí, jeje.
Yo había pensado en algo más hinchable... Por otro lado, ¡qué razón tienes!
Tío, tu estás "mu" mal...la reflexión es conmovedora pero..¡tú estás "mu" mal!
Anda...busca compañia...preferiblemente no inchable, eso...no digo yo que no sirva pero escuchar no escucha ¿o sí? ¡prefiero que no me contestes!
joder! me he comido la "h" de hinchable.¡Vas a tardar un amén en echármelo a la cara!
jejejeje, compañía ya tengo toda la que me hace falta, pero hay veces en que la música nos puede ayudar e incluso llegar a cambiar el caracter.
P.D: te perdono, que vas mejorando.
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