viernes, julio 13, 2007

Una noche diferente

Lo primero de todo, pedir disculpas porque falta una crónica, pero es que el día 11 por la noche, lo dedicamos a dormir. Los toros nos habían dejado echos polvo y quería enseñar a mi invitado las maravillas de la Pamplona de día. Visita guíada por el casco antiguo de la cuidad visitando las pocas tonterías que tenemos dignas de ver.

Enseñada la catedral, el ayuntamiento, los corrales y alguna que otra cosa más, nos fuimos de pintxos por la parte vieja. Cervecita va, cervecita viene y por el camino nos vamos entreteniendo. Un último trago con un padre de familia y sus cachorros y nos fuimos a comer un buen plato de pasta. Como somos un poco nenas, volvimos a por una merecida siesta y luego tocaba cena y una larga noche por delante. La cena estuvo muy bien, sobre todo el poste con bien de licorcito, y de ahí a ver los fuegos con la mejor traca final de que llevamos de fiestas. A partir de ahí, el caos. Mujeres que no aparecen, otras que sí, parejitas con ratos de intimidad y algún que otro navarro que se aburre ni estando sólo. Un tobillo más grande que un melón jodio un poco la noche, pero otra morena le puso un toque alegre y divertido. Muy maja ella. Al final a lo tonto a lo tonto, varios litros de kalimotxo después y unas buenas y recien echar palomitas, nos fuimos en busca de las dianas. Los espectadores iban desde gente recien levantada y "de punta en blanco", hasta borrachos llenos de mierda, pasando por gente de empalmada que aun conservada la dignidad que otros habían dejado en algún lugar del casco viejo.

Sin sueño, pero con un cansancio propio de estas fechas, ya hemos pasado 7 noches, pusimos rumbo a la cama, cada uno la suya, y como buenos fiemos, las 7 y media de la tarde han sido nuestro tope duermiendo.

Hoy es 13, se cumple un año exacto de mi operación, y como prácticamente todos los días 13 de sanfermines, toca una castaña de las buenas, buenas.

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