Ayer fue el día de los enamorados. Hace un par de años que para mí no significa nada ese día, no por lo menos en el sentido que lo hace para el resto de la gente. En San Valentín de hace dos años, la persona con la que había compartido 11 años de mi vida, abandonaba nuestra casa. Y tal día como hoy, hace 2 años me enfrenté a la soledad por primera vez.
Recuerdo que apenas dormí, y eso que llevaba más de un mes durmiendo solo, pero no era lo mismo hacerlo en tu casa, solo, sin nadie más. Me costó mucho dormir, la verdad es que apenas lo hice. Todo había terminado, todo empezaba.
En aquel momento comprendí que mi vida iba a cambiar para siempre. Por desgracia y desde entonces todo ha ido mal.
A pesar de que fui capaz de quitarme esos kilos que me sobraban, ya han vuelto a su ser.
En el tema laboral, las cosas no van la mejor manera posible, al menos es lo que a mí como trabajador se refiere.
En el tema personal, afectivo, nada de nada. La verdad es que estoy perdiendo la esperanza de rehacer mi vida, por lo menos mientras dure la pandemia, porque no hay manera de conocer gente. Y eso creo que es lo que más miedo me da, la posibilidad de acabar solo. Yo que pensaba celebrar los 40 por todo lo alto, y resulta que los voy a celebrar sin la persona que tenía las mismas ganas que yo, soltero y seguramente en medio de la jodida pandemia.
A los que ayer tuvisteis algo que celebrar, enhorabuena, os deseo que dure. A los que no, tranquilos, no estáis solos.
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