lunes, enero 16, 2012

Lamentable

Ayer nos tocaron el timbre a las 7 de la mañana. Varias veces de hecho. Cuando fui a abrir, no vi nada. Eso suele pasar cuando se tocan varios timbres a la vez. Como no paraban, decidí vestirme y bajar a ver que leñes pasaba, pero ya no había nadie. En lugar de gente, me encontré con el portal hecho una pena de restos de comida y envoltorios del McDonalds y la cámara del portero automático, lleno de salsa de tomate. El cabreo que tenía por dentro era mayúsculo.

Lo gracioso de todo, es que esta historia no termina aquí. Cuando me vuelvo a la cama y consigo dormir otra vez, unos críos borrachos, se pusieron a gritar y cantar en la parada de la villavesa, invadiendo en repetidas ocasiones la carretera, obligando a los coches a esquivarlos. De repente, veo un coche de la Policía Foral y pensé que por fin cesarían los ruidos, pero ante mi asombro, la patrulla pasa por delante de ellos varias veces y ni siquiera redujo la velocidad. ¿Para eso pagamos este servicio? ¿Para qué no hagan nada? Estuve más que tentado de llamarles para pedirles una explicación, pero la verdad es que con el estado de alteración que tenía, igual era peor el remedio que la enfermedad.

Me quedé bastante indignado y sobre todo impotente. Aquí está claro que tienes que hacer la guerra por tu cuenta para conseguir algo.



3 comentarios:

FLiTTeR dijo...

Más indignado estoy yo con mis vecinos... por lo visto se fueron de juerga y dejaron al perro sólo y se tiró toda la noche llorando y ladrando. A las 4 dejó de ladrar cuando volvieron sus dueños.
Ahora sólo tengo que averiguar a qué puerta tengo que llamar esta noche a las 4 para devolverles el regalo ¬¬

Leo dijo...

Estás mayor. Quejándote del ruido que montan los chavales de juerga. Quién te ha visto y quien te ve. Ja, ja, ja...

ertxo dijo...

Ojalá supiera donde viven, para ir a hacerles una visita en San Patricio... ;)