El día 12 de julio me levanté con unos nervios en el cuerpo que no me cabían. Era el día que me ingresaban para la operación de la rodilla. El día transucurrió totalmente normal y cuando ingresé y para mi sorpresa, se me fueron todos los nervios, estaba muy tranquilo. Dormí muy bien esa noche y al día siguiente me bajaron a quirófano a primera hora, a las 8 de la mañana. Como estaba totalmente sedado, no me enteré de nada y para cuando me quise dar cuenta, ya estaba en la habotación con mi madre y mis tías. Durante ese día recibí muchas visitas y no tuve tiempo de aburrirme. Los siguientes días fueron algo mas tranquilos, por con bastante gente por las tardes. El lunes me madaron para casa y el viernes de esa misma semana me quitaon las grapas. Ahora tengo la pierna sujeta como unos hierros y la verdad es que me aburro bastante durante todo el día, menos por la noche, que los amigos me sacan aunque sea a que me de el aire.
En este tiempo he podido ver quienes de mis amigos de verdad se preocupan por mí y quienes no. Hay algunos de los que no se nada todavía. Se nota quien se preocupa más allá del día de la operación y quien se cree que se acabó todo cuando sali de Ubarmin. Ahora viene lo más duro, y donde espero que mis amigos esten ahí para hacerme más llevadero este calvario.
Gracias a los que estáis ahí conmigo en estos "malos" momentos.
El saber sí ocupa lugar.
Hace 7 años
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