Esta semana es la última que pasa Alicia en Zaragoza. Ya tengo muchas ganas de que vuelva a casa, porque hay que veces que se me hace enorme por las tardes cuando estoy solo. Además, he de reconocer que las últimas semanas han sido las más duras. Odiaba verla subir al tren para volverse a Zaragoza, porque aunque sabes que cada vez queda menos, no es agradable quedarte solo. Supongo que si no has compartido nunca vivienda con alguien, no puedes entender lo grande que te parece una casa cuando te has quedado solo.
Pero bueno, este viernes iré a recogerla y volveremos a la vida normal. Lo único malo que veo en que vuelva, es que tendrá que volver a coger el coche todos los días, en vez de 10 minutos tranvía. Por lo demás, estoy super contento y encima tenemos la entrega del piso a la vuelta de la esquina. Si todo va bien, la semana que viene, o la siguiente, ya tendremos las llaves de casa. Ahora tocará pensar cuando hacer la mudanza, que depende de tenerlos armarios y la mampara del baño.
Ilusionado y con ganas.