- ¿Hola, está Juan?
- Sí, ¿quién es?
- Soy Luis, ¿puede Juan bajar a jugar con el balón?
- Sí, pero tiene que subir pronto para hacer los deberes y cenar.
- Vale, muchas gracias.
Quiero pensar que esto sigue pasando hoy en día, pero me temo que es mucho pensar. EL telefonillo del portal se ha sustituido por un sms entre los móviles de chavales de 10 años, el bocata de chocolate por una hamburguesa o bollería industrial, y el jugar al fútbol o pasear con la bici, en consolas, botellones y demás entretenimientos actuales.
Hecho de menos las bicis tiradas por las aceras, los bordillos llenos de chapas con caras de ciclistas en el interior, las gomas negras atadas entre farolas, los jardines infectados de críos pegando patadas a un balón...
Es una pena que los chavales ya no sean como antes. Y no quiero entrar en temas de educación, porque es lunes y quiero empezar bien la semana.
El saber sí ocupa lugar.
Hace 7 años